Recorro con la yema de mis dedos el contorno de tu cara...
Sueñas con la almohada como cómplice, miro al rededor.
Me levanto, con tu camisa puesta, me dirijo a el balcón.
Suspiro mientras muerdo mis labios, enciendo un cigarro, y
Sin dejar de mirarte me siento al borde de la cama.
Unas manos cálidas acarician mis caderas, los labios
Secos recorren mis orejas, mi cuello, mi nuca.
Te detengo, tomas mi mano y la besas...
Sonrío, camino descalza por la habitación húmeda...
"Tengo que irme..."
- ¿ A dónde vas, es temprano aun?
Te miro fijamente, cerca, profundo, pongo mi mano detrás de tu cabello,
Y te beso.. Como nunca, me fundo en tus labios,
Me deshago, delicadas gotas saladas se interponen en nuestro beso.
Me miras... Te miro.
Te dejo todo, quédate con los recuerdos,
Con mis besos, con mi perfume,
Mi ropa, con mis cartas y mis poemas.
Con mis bailes improvisados, y la música
A todo volumen.
Con mis pasos marcados en las maderas de la casa.
Aunque nos duele, fue solo nuestro.
El punto final nos dio la respuesta, a las preguntas que no nos dejaban dormir.
Me destruiste, y mi venganza es simple...
Te dejo mi poesía y mi música, y con eso Mi vida, me marcho para siempre.
Dejando lo que yo quise en tu vida, para siempre, y en tus labios la sensación de un beso eterno, amargo, seco, dulce y delirante.
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