Sobre el lienzo pinto tus gestos, mi mente te dibuja los sentidos
No existes.
Los ojos de la noche acompañan mis tristezas, se rompen conmigo
Se quiebran en mis manos, el vino tinto recorre mis ropas, el humo escandaloso
Cubre tus facciones, el olor del alcohol baila por todo el lugar.
Vamos juntos por las calles envenenadas, con las manos rotas, tan lejos, sin decir nada.
Como extraños, nos miramos el alma, frente a mí, lo dices todo
Sin mover los labios.
Todo me parece tan artificial, tus ropas, el cabello alborotado, el silencio de la noche, la ausencia de la gente.
El amor entre tú y yo, el vacío existencial que se inmiscuye entre las sábanas de nuestra infinita cama, tan adulterada, tan perdida, tan puta, tan enamorada.
Y no estás aquí, caminas de mi mano y yo debo suponer que lo hago también.
Cada nota de música me desgarra las ropas, se vuelven trizas, y menudeo desnuda, ante tus ojos negros, los que me tocaban con locura, que depositaban en mi la única esperanza de vida en la tierra.
Ahora solo estoy sin ti, sin mi, sin nosotros. 
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