Corazones solitarios que juegan a encontrarse.
Juegan por los campos, se desconocen y vuelven
a rodar sobre el limbo que arrastra la razón que
envuelve sus pensamientos.
A lo lejos me encuentro convencida de que
solo son números que se vuelven invisibles
en cuanto escucho tu voz, por la mañana...
Fallamos y nos caemos, somos torpes en
las decisiones que tomamos, y tambaleamos
pero somos fuertes, y nos amamos...
Somos la proteina y vitamina que nos mantiene en este lugar.
Intactos de cualquier caída al vació.
Volamos sobre nuestros cuerpos suspendidos en
el aire, como los besos, los abrazos y las caricias
que nos damos.
Me quedo con el aliento que dejas en mi piel
por la noche, con el aroma peculiar que cubre
tu cuerpo sin ropa. Con tu cabello sobre la almohada
y con los ojos profundos que me observan
por la mañana, al despertar.
No entiendo el tiempo, ni la vida, ni este instante
si no estas aqui.
Vamos de la mano sin soltarnos, por los lugares
que no conocemos, conociendo cada rincon de nuestros
cuerpos humedos, agitados, deseosos de tenernos libres
sin poseernos sentirnos nuestros.
Siempre que te escribo te digo que te amo,
y no e dudado del inmenso amor que te tengo.
La vida me puso aqui, y es donde quiero quedarme.
Cuando el amor surge de esta manera, tan pura y transparente...
Entonces es ahi donde todo desaparece y estams solo tu y yo.
